Murrieta (EE.UU.), 16 ago (EFE).- La caravana “Recorrido por la Humanidad” celebrará hoy su última jornada cuando alcance en San Diego, California, el Parque de la Amistad, que se ubica entre México y Estados Unidos, y en donde reiterará su mensaje de solidaridad hacia los inmigrantes.
La comitiva integrada por unas 30 personas, y que inició su ruta el pasado 22 de julio en la localidad de Merced, concluirá un recorrido de 365 millas a lo largo de un trayecto que ha incluido diversas paradas, como la que hicieron la tarde de ayer en la localidad de Murrieta.
En esta pequeña ciudad californiana, en donde el pasado mes un grupo antiinmigrante impidió la llegada de mujeres y menores no acompañados a un albergue local, la caravana se dirigió hacia la estación de la Patrulla Fronteriza, bajo vigilancia de agentes federales y la policía local.
Según manifestaron miembros de la comitiva a Efe, la parada en Murrieta no estaba contemplada en el plan inicial, pero decidieron incluirla tras los sucesos en los que se bloqueó el arribo de autobuses con indocumentados detenidos en la frontera sur.
Con gritos de “somos personas, no ilegales”, el grupo se mantuvo por unos minutos a las afueras de la estación, en donde llamaron la atención respecto a la crisis humanitaria que representa la llegada masiva de menores centroamericanos que huyen de la violencia de su país, y exigieron un trato digno hacia la comunidad inmigrante.
Valeska Castañenada, organizadora de la caravana, señaló a Efe que desde el inicio del recorrido los miembros de la comitiva han soportado comentarios racistas.
“Nos gritan groserías, que nos regresemos a nuestros países, que nos llevemos a nuestros niños con sus enfermedades”, lamentó la joven activista.
Pese a ello, indicó que más visible ha sido el apoyo que han recibido en cada una de sus paradas. “Por cada persona que ha tenido algo negativo, han llegado 20 más para darnos amor”, especificó.
Castañeda estuvo acompañada por su madre, Juana Francis Puerto, y ambas vincularon las circunstancias actuales con aquellas que obligaron a la familia abandonar Nicaragua en la década de los 80, años en los que el país centroamericano vivió un periodo de violencia por los conflictos armados entre los sandinistas y sus opositores.
“No hay mucha diferencia del pasado a ahora, la gente llega a este país por necesidad”, señaló Francis Puerto, quien estimó que la gente ya no arriba a Estados Unidos por el “sueño americano”, sino por “el derecho de vivir una vida en paz”.
La activista Cindy González, quien ha estado en la caravana desde el primer día, mencionó que esta experiencia le ha permitido ser testigo de “la esperanza que tiene la comunidad migrante por ver un cambio”, específicamente por medio de una reforma que les permita salir de las sombras.
“Puedo ver en sus ojos, cuando nos dan asilo, cuando caminan con nosotros, que realmente quieren un cambio”, subrayó.
Otros como el maestro Gustavo Ramírez se incorporaron a la caminata durante su paso por Murrieta por solidaridad y para expresar su admiración a la comitiva, integrada en su mayoría por mujeres, al estar dispuesta a caminar muchas millas “para que la voz de muchos inmigrantes sea escuchada”.
“Son mis héroes estas mujeres, estos niños, esta gente que está aquí; aunque estemos a más de 100 grados, aquí están dando un mensaje de paz y esto merece atención”, señaló.
Hoy sábado, la caravana hará su última parada en San Diego, California, en donde se reunirán en el histórico Parque Chicano y esperan concluir su trayecto en el Parque de la Amistad. EFE